Nuestras
raíces
En 1922, en Arandas, México, Don José María Bañuelos se asomó a su ventana y contempló las colinas plagadas de agave azul. Lo que vio, entre la arcilla roja y el agave azul, fue un ciervo, valientemente parado en medio del campo. Algo de esa belleza plena, orgullosa y confiada del venado, impactó a Don José: era el símbolo perfecto para su nueva receta; un tequila suave pero intenso, nacido en tierras altas. Como es natural, ese tequila se llamó Cazadores.
Nuestra
receta
Se dice que después de que Don José perfeccionara su nuevo tequila Cazadores, ocultó la receta entre las paredes de su casa, salvaguardándola como su posesión más preciada. Durante 51 años, Cazadores ha permanecido como un secreto de familia, hasta que el nieto de Don José, Don Félix, decidió que había llegado el momento de presentar Cazadores con el mundo. En 1973, Don Félix construyó la primera destilería comercial de Cazadores, en el mismo lugar de Arandas donde Don José vio por primera vez a aquel ciervo en el campo de agave.
Nuestro
hogar
Fue de la creación de esta receta que nació una comunidad: un ecosistema que tiene vida en la ciudad de Arandas, adentrada en las tierras altas de Jalisco. Tenemos desde jimadores en los campos, hasta las taquerías que alimentan a los embotelladores al final de un largo día de trabajo. Todos en Los Altos tienen una valiosa función en la creación de nuestro tequila 100% de agave de gran calidad para el mundo.
